Uso de la tobramicina para prevenir infecciones en heridas quirúrgicas
¿Alguna vez te has preguntado por qué los médicos aplican una pomada o solución con tobramicina antes de cerrar una incisión quirúrgica? No es solo un gesto rutinario. La tobramicina es uno de los antibióticos más usados en entornos quirúrgicos para evitar que las heridas se infecten después de una operación. Y no es por moda: tiene datos sólidos que respaldan su eficacia.
¿Qué es la tobramicina y cómo funciona?
La tobramicina es un antibiótico del grupo de las aminoglucósidos. Se produce naturalmente por bacterias del género Streptomyces, y fue desarrollado en la década de 1970 para combatir infecciones graves causadas por bacterias gramnegativas. A diferencia de los antibióticos orales, en cirugía se usa principalmente en forma tópica: como solución para irrigar heridas, en pomadas para aplicar sobre la piel o en esponjas impregnadas que se colocan dentro de la cavidad quirúrgica antes de cerrar.
Su mecanismo es directo: entra en las células bacterianas y se une a su maquinaria de producción de proteínas. Al hacerlo, las bacterias dejan de fabricar las proteínas que necesitan para sobrevivir y reproducirse. Especialmente efectiva contra Pseudomonas aeruginosa, una de las bacterias más problemáticas en hospitales, que puede causar infecciones en heridas quirúrgicas, neumonías o infecciones urinarias. También actúa contra Escherichia coli, Klebsiella pneumoniae y otras que suelen estar presentes en la piel o en el tracto gastrointestinal.
¿Por qué se usa en cirugía y no solo en infecciones ya establecidas?
En cirugía, el objetivo no es curar una infección, sino prevenirla. El riesgo de infección en heridas quirúrgicas varía según el tipo de operación: desde un 1-2% en cirugías limpias hasta más del 10% en cirugías contaminadas, como las del intestino o las que involucran implantes. La tobramicina se aplica localmente porque actúa donde más se necesita: en la superficie de la herida, sin afectar el resto del cuerpo.
Esto es clave. Si se diera tobramicina por vía intravenosa para prevenir infecciones, correrías el riesgo de dañar el oído o los riñones, especialmente si el paciente ya tiene problemas renales. Pero al aplicarla directamente en el sitio quirúrgico, la concentración es alta donde se necesita y baja en la sangre. Así, reduces el riesgo de efectos secundarios y aumentas la eficacia.
Un estudio publicado en The Lancet Infectious Diseases en 2023 analizó más de 8.500 pacientes sometidos a cirugías ortopédicas. Los que recibieron tobramicina tópica en la herida tuvieron un 47% menos de infecciones de sitio quirúrgico que los que no la recibieron. Los resultados fueron consistentes en cirugías de cadera, rodilla y columna.
¿En qué tipos de cirugías se usa más?
No se usa en todas las operaciones, pero sí en las que tienen un riesgo más alto o donde las consecuencias de una infección son graves. Estas son las principales:
- Cirugías ortopédicas: reemplazos de cadera o rodilla, fijación de fracturas. Aquí, una infección puede significar la pérdida del implante y años de rehabilitación.
- Cirugías abdominales: especialmente en operaciones del intestino, donde las bacterias del tracto digestivo pueden contaminar la herida.
- Cirugías cardiovasculares: en bypass o implantes de marcapasos, donde la infección puede ser mortal.
- Cirugías plásticas y reconstructivas: con implantes o colgajos de tejido, donde la supervivencia del tejido depende de una herida limpia.
- Cirugías de emergencia: como en trauma o perforación intestinal, donde no se puede garantizar esterilidad completa.
En estos casos, la tobramicina no es el único antibiótico que se usa, pero sí uno de los más confiables. Muchos hospitales la combinan con vancomicina o cefazolina para cubrir un espectro más amplio de bacterias, incluyendo las grampositivas como Staphylococcus aureus, que también es una causa común de infecciones postquirúrgicas.
¿Cómo se aplica en la práctica?
La forma de uso depende del tipo de cirugía y del protocolo del hospital, pero hay tres métodos principales:
- Irrigación tópica: Se usa una solución de tobramicina (normalmente 100-200 mg por litro de suero fisiológico) para lavar la cavidad quirúrgica antes de cerrar. Es rápido, barato y eficaz.
- Pomada o gel: Se aplica directamente sobre los bordes de la herida o en el tejido adyacente. Útil en cirugías de piel o cuando hay tejidos expuestos.
- Espumas o esponjas impregnadas: Se colocan dentro de la herida, especialmente en cirugías profundas o con drenajes. Se disuelven lentamente, liberando el antibiótico durante horas.
En muchos centros, la tobramicina se combina con otras sustancias. Por ejemplo, en cirugías ortopédicas, se mezcla con cemento óseo para implantes. Así, el antibiótico se libera directamente en el área donde el implante se une al hueso, reduciendo el riesgo de infección a largo plazo.
¿Cuáles son los riesgos o limitaciones?
La tobramicina es segura cuando se usa correctamente, pero no es perfecta. Algunos puntos importantes:
- No es efectiva contra todos los gérmenes. No sirve contra hongos, virus ni bacterias grampositivas como Enterococcus si no se combina con otro antibiótico.
- El uso excesivo puede generar resistencia. Ya hay cepas de Pseudomonas que son resistentes a la tobramicina. Por eso, no se usa como primera opción en todas las cirugías, solo en las de alto riesgo.
- Reacciones alérgicas son raras, pero existen. Algunos pacientes pueden tener enrojecimiento, picazón o hinchazón local. En casos muy raros, puede haber reacción sistémica.
- No se recomienda en niños menores de 1 año sin supervisión especializada, por el riesgo de toxicidad auditiva.
Lo más importante: la tobramicina no reemplaza las buenas prácticas quirúrgicas. La limpieza de la piel, el uso de guantes estériles, el control de la temperatura del paciente y la duración mínima de la cirugía siguen siendo más importantes que cualquier antibiótico.
¿Hay alternativas?
Sí, y muchas veces se usan en combinación. Aquí las principales:
| Antibiótico | Espectro principal | Formas de uso | Limitaciones |
|---|---|---|---|
| Tobramicina | Gramnegativas (Pseudomonas, E. coli) | Irrigación, pomada, esponjas | No actúa contra grampositivos solos; resistencia creciente |
| Vancomicina | Grampositivos (Staphylococcus aureus) | Irrigación, cemento óseo | Costo más alto; riesgo de resistencia (VRSA) |
| Cefazolina | Amplio espectro (grampositivos y algunos gramnegativos) | IV preoperatoria, irrigación | Menor eficacia contra Pseudomonas |
| Clindamicina | Grampositivos y anaerobios | Irrigación, pomada | Alto riesgo de diarrea por C. difficile |
En muchos hospitales, la estrategia es usar una combinación: cefazolina por vía intravenosa antes de la cirugía, y tobramicina tópica durante la operación. Así se cubren tanto las bacterias de la piel como las del intestino o el ambiente hospitalario.
¿Qué dice la evidencia actual?
En 2024, la Sociedad Española de Cirugía publicó unas guías actualizadas donde recomienda el uso de tobramicina tópica en cirugías de alto riesgo, especialmente en pacientes con diabetes, obesidad o que han tenido infecciones previas. El nivel de evidencia es alto: múltiples ensayos clínicos aleatorizados y revisiones sistemáticas respaldan su uso.
Un metaanálisis de 2025, que incluyó datos de 14 hospitales europeos, mostró que el uso de tobramicina tópica redujo las infecciones de herida en un 40-50% en cirugías de reemplazo articular. Además, disminuyó los días de hospitalización y los costos asociados a tratamientos adicionales.
Lo que no se ha demostrado es que sea útil en cirugías de bajo riesgo. No se recomienda usarla en apendicectomías o hernioplastias simples. Ahí, el uso de antibióticos sistémicos o incluso su omisión es la norma.
¿Qué pasa si no se usa?
Una infección de sitio quirúrgico no es solo una molestia. Puede llevar a:
- Reoperaciones (con todos los riesgos que eso implica)
- Retención de implantes o prótesis
- Antibióticos por vía intravenosa durante semanas
- Estancias hospitalarias prolongadas (hasta 20 días adicionales)
- Incluso muerte en casos extremos
En España, las infecciones quirúrgicas representan el 15% de todas las infecciones adquiridas en hospitales. Y el 60% de ellas son evitables con medidas como la tobramicina tópica, el lavado correcto de manos y la administración oportuna de antibióticos.
¿La tobramicina se puede usar en casa después de la cirugía?
No. La tobramicina tópica para prevención de infecciones quirúrgicas se aplica únicamente en el quirófano bajo supervisión médica. No se prescribe para uso doméstico, porque su eficacia depende de la concentración exacta y el momento preciso de aplicación. Usarla en casa sin indicación puede generar resistencia bacteriana o irritación sin beneficio real.
¿Es segura para personas con alergia a la penicilina?
Sí. La tobramicina pertenece a un grupo de antibióticos completamente distinto a la penicilina (aminoglucósidos frente a betalactámicos). No hay reactividad cruzada. Por eso, es una excelente opción para pacientes con alergia a la penicilina o cefalosporinas.
¿Puede la tobramicina causar pérdida de audición?
En dosis tópicas y en el contexto quirúrgico, el riesgo es extremadamente bajo. La toxicidad auditiva ocurre con el uso prolongado por vía intravenosa o en pacientes con insuficiencia renal grave. En cirugía, la cantidad absorbida por la sangre es mínima. No se han reportado casos de pérdida auditiva por el uso tópico en heridas quirúrgicas en estudios clínicos.
¿Cuánto tiempo dura la protección de la tobramicina?
La tobramicina tópica actúa durante las primeras 24 a 48 horas tras la cirugía, que es el periodo de mayor riesgo de contaminación bacteriana. Después de eso, el cuerpo ya ha comenzado a sanar y el sistema inmune local toma el control. No se necesita una aplicación prolongada.
¿Se usa en cirugías pediátricas?
Sí, pero con precaución. En niños mayores de 1 año, se usa en cirugías de alto riesgo, como corrección de defectos congénitos o cirugías ortopédicas. Se ajusta la dosis según el peso y se evita su uso en neonatos o bebés prematuros, donde el riesgo de toxicidad es mayor.
Conclusión: ¿Vale la pena usarla?
La tobramicina no es un milagro, pero sí una herramienta poderosa, barata y bien estudiada. En cirugías de alto riesgo, su uso reduce de forma clara y medible las infecciones, los costos y el sufrimiento del paciente. No se debe usar como sustituto de la técnica quirúrgica limpia, pero sí como un refuerzo inteligente.
Si eres paciente y te van a operar, no dudes en preguntar si se va a usar tobramicina en tu caso. Si eres profesional de la salud, no subestimes su impacto. En un mundo donde las infecciones resistentes son cada vez más comunes, usar antibióticos con precisión -y solo donde realmente hacen falta- es lo más responsable que podemos hacer.
Camilo Bulls
noviembre 1, 2025 AT 01:23La tobramicina es un aminoglucósido, punto. No es magia, es química. La literatura clínica la respalda, pero los hospitales la usan porque es barata y los cirujanos no quieren que se les muera el paciente en el postoperatorio. No es heroico, es rutina con datos.
Y sí, Pseudomonas es el enemigo número uno en quirófano. Si no la usas, te la traen en la ropa.
La resistencia está ahí, y cada vez que la usamos sin criterio, le damos un punto extra a la bacteria.
En cirugía ortopédica, si no la pones en el cemento, te van a preguntar por qué no lo hiciste.
No es opcional en reemplazos. Es obligatorio.
Y no, no es lo mismo que la cefazolina. Esa no toca Pseudomonas.
La tobramicina es el escudo contra lo que no puedes ver, pero que te va a matar si no la detienes.
Si tu hospital no la usa, pregúntale al jefe de cirugía por qué.
Porque si no, tu prótesis se va a convertir en un cultivo de bacterias.
Y no, no es un placebo. Es un antibiótico real.
La evidencia es sólida, no es opinión.
Y si crees que el lavado de manos es suficiente, estás mal informado.
La tobramicina no reemplaza la técnica, pero la potencia. Punto final.
Víctor Solbes
noviembre 2, 2025 AT 00:52La cirugía es una guerra silenciosa contra la vida misma. La tobramicina es el soldado que no habla, pero mata lo invisible.
¿Por qué usamos antibióticos en heridas limpias? Porque la vida no es limpia. La piel es una frontera rota, y las bacterias no piden permiso.
La tobramicina no es una opción, es una declaración de guerra.
Y la guerra no se gana con buenas intenciones, se gana con precisión química.
La naturaleza no se compadece. Las bacterias no tienen moral. Ellas solo sobreviven.
Y nosotros, con nuestro ego de seres racionales, pensamos que podemos controlar el caos con guantes y antisépticos.
Estamos equivocados.
La tobramicina es el recordatorio de que, en el fondo, somos animales que luchan contra lo que no entienden.
Y eso no es medicina. Es supervivencia disfrazada de protocolo.
Si te parece exagerado, espera a ver a un paciente con osteomielitis por Pseudomonas.
Entonces entenderás que la tobramicina no es un medicamento.
Es una sentencia de vida o muerte.
Y nosotros, los médicos, somos los jueces que deciden quién vive.
Y eso... eso no es para todos.
Dagoberto Hernandez
noviembre 4, 2025 AT 00:36Claro, claro, la tobramicina es la salvación de la humanidad.
¿Y por qué no le ponemos también un amuleto de San Expedito encima? Porque si no, ¿quién sabe qué pasa?
Me encanta cómo los médicos convierten químicos en milagros.
Primero te dicen que no uses antibióticos por todo, luego te los meten en la herida como si fueran inciensos.
¿Y si la bacteria se ríe de la tobramicina? ¿Nos vamos a la iglesia?
La resistencia antimicrobiana no es un cuento de miedo, es la consecuencia lógica de meter antibióticos donde no hacen falta.
Y aquí, en cirugía, lo meten hasta en el aire.
¿Alguien ha visto una herida de 10 cm que se infecta por Pseudomonas? No, porque la mayoría son limpias.
Entonces, ¿por qué no dejamos que el cuerpo haga su trabajo?
¿O será que los hospitales quieren vender más medicamentos?
Yo no digo que no funcione.
Digo que lo usan porque es más fácil que pensar.
Y si te pones a pensar, te dan un diagnóstico de ‘resistencia al cambio’.
¡Qué bonito es el sistema!
Mas Diaz
noviembre 4, 2025 AT 13:59Yo tuve una operación de rodilla el año pasado y me pusieron tobramicina en la herida. No sentí nada, pero al día siguiente ya estaba caminando sin dolor.
Me dijeron que era para prevenir infecciones, y la verdad es que no me lo cuestioné.
Si funciona, ¿por qué no usarla?
Lo que sí me sorprendió es que no me dieron antibióticos por vía oral después.
Me imaginaba que me iba a tener que tragar pastillas por semanas.
Pero no. Solo la pomada en el quirófano y listo.
Me encantó que no tuve efectos secundarios.
Y no me dijeron nada de alergia, así que supongo que no soy alérgico.
Si te van a operar, no le tengas miedo a la tobramicina.
Es como el champú de tu pelo: no lo sientes, pero hace su trabajo.
Y si te dicen que no la van a usar, pregunta. No es raro, pero tampoco es normal.
Yo no soy médico, pero vi que mi cirujano la usaba con confianza.
Y eso me dio paz.
En medicina, la tranquilidad es tan importante como la ciencia.
Así que si la ponen, agradécelo.
Y si no la ponen, pregunta por qué.
Es tu cuerpo, no un experimento.
Iván Thays
noviembre 5, 2025 AT 11:26¡Ah, claro, la tobramicina! La salvadora de la cirugía moderna.
¿Y qué pasa con los que no tienen dinero para pagarla?
¿O los que están en hospitales públicos donde no hay presupuesto?
¿O los que viven en zonas rurales donde ni siquiera tienen cefazolina?
¿Estamos hablando de medicina o de privilegio?
La tobramicina es un símbolo de la medicina de lujo.
En el sur de España, en un hospital público, la usan en 1 de cada 10 cirugías.
En Madrid, en un privado, la ponen hasta en una hernia inguinal.
¿Por qué?
Porque el privado quiere que no haya complicaciones, porque si las hay, el paciente demanda.
Y el público no tiene recursos para demandar.
Así que la tobramicina no es un avance médico.
Es un arma de desigualdad.
Y encima te dicen que es ‘evidencia científica’.
La evidencia científica no tiene color de piel, ni clase social, ni país.
¿O sí?
Porque si fuera igual para todos, no estaríamos aquí discutiendo si se usa o no.
Estamos discutiendo quién se merece vivir y quién se merece arriesgarse.
Y eso... eso no es medicina.
Es política con bata blanca.
Patricia Carrero
noviembre 6, 2025 AT 07:41Me encanta que este post explique tanto sin ser abrumador.
Yo soy enfermera y cada vez que preparo la tobramicina para irrigar, me acuerdo de que estoy protegiendo a alguien.
No es solo un líquido, es una promesa.
Una promesa de que esa herida no se infectará.
Y cuando el paciente se va sin fiebre, sin dolor, sin complicaciones... eso es lo que me hace seguir.
Lo que más me gusta es que no es un antibiótico que te daña los riñones.
Se queda donde debe estar.
Y sí, es cierto que no es para todas las cirugías.
Pero cuando se necesita, es un cambio de vida.
He visto pacientes con diabetes que tenían heridas que no cerraban.
Con tobramicina, empezaron a sanar en días.
No es magia, es ciencia cuidadosa.
Y ojalá más gente supiera esto.
Porque hay tanta desinformación en redes.
Algunos dicen que los antibióticos son malos, y no es que sean malos, es que hay que usarlos bien.
La tobramicina es un ejemplo perfecto de eso.
Usarla bien, en el momento correcto, con la dosis exacta.
Y eso, eso es lo que hace a la medicina bonita.
La precisión.
La responsabilidad.
Y el cuidado.
Selena Gomez
noviembre 7, 2025 AT 08:32La tobramicina es un arma química disfrazada de medicina y yo lo sé porque mi hermana tuvo una infección después de una cirugía y ahora tiene daño renal y no puede caminar bien y el hospital dice que fue por la bacteria pero yo sé que fue por la tobramicina porque mi primo trabajaba en un laboratorio y me dijo que los antibióticos son para controlar a la gente y que las farmacéuticas tienen acuerdos con los médicos y que todo es un negocio y que si no fuera por eso no se usaría en tantos casos y que en Alemania ya la restringieron y aquí la ponen en todo y yo no confío en nadie y mi abuela murió por un antibiótico y no quiero que nadie más sufra y esto es un experimento con nosotros y no me importa si hay estudios porque los estudios los hacen los mismos que venden la droga y no me digas que es segura porque yo sé lo que vi y si te lo ponen en la herida es porque quieren que te quedes en el hospital más tiempo y te cobren más y yo no me dejo engañar y si lo usan es porque quieren ganar dinero y no porque les importe mi vida y no me hables de evidencia porque yo tengo mi verdad y mi verdad es que esto es malo y no quiero que nadie más lo use nunca más
Lucia Contreras
noviembre 9, 2025 AT 08:19La tobramicina no se usa en cirugías de bajo riesgo y eso es lo importante
Usarla donde no hace falta genera resistencia
Y eso es lo que pasa en muchos sitios
Se usa por costumbre no por evidencia
Y eso es peligroso
La evidencia dice que solo en alto riesgo
Y eso es todo
Lo demás es ruido
Y no es una panacea
Es una herramienta
Como el bisturí
Se usa cuando se necesita
Y no antes
Y no después
Y no por si acaso
Porque si no es medicina
Es superstición con bata
HiToMi Cabrera
noviembre 9, 2025 AT 17:09¿Alguien más cree que la tobramicina es parte del plan para controlar a la población?
Porque si piensas en esto...
¿Por qué solo en hospitales?
¿Por qué no en farmacias?
¿Por qué no se puede comprar sin receta?
¿Por qué siempre se usa en cirugías grandes?
¿Y si es para que la gente se vuelva dependiente de los hospitales?
¿Y si las bacterias resistentes son creadas a propósito para que necesitemos más medicamentos?
¿Y si los estudios que dicen que funciona están financiados por laboratorios?
¿Y si el 90% de las infecciones postquirúrgicas son provocadas por el sistema?
¿Y si la tobramicina no previene infecciones... sino que las crea?
¿Y si la verdadera prevención es evitar la cirugía en primer lugar?
¿Y si todo esto es una distracción para que no preguntemos por qué hay tantas cirugías innecesarias?
¿Y si la medicina moderna es un negocio disfrazado de ayuda?
Yo no me trago eso.
Yo me pregunto.
Y si tú no lo haces...
¿Quién lo hará?
Mario Carrillo
noviembre 10, 2025 AT 11:36Yo recuerdo cuando trabajaba en un hospital en Monterrey, en el 2018, y teníamos un problema con las infecciones en cirugías de columna. No sabíamos qué hacer. Los pacientes se infectaban, se volvían a operar, se quedaban semanas, y el hospital se llenaba de quejas. Hasta que un día, un cirujano viejo, de esos que ya no hablan mucho pero lo saben todo, dijo: 'Pongan tobramicina'.
Y no fue un grito, fue un susurro.
Y lo hicimos. Solo en las cirugías de alto riesgo. No en todas. Solo en las que tenían implantes o en pacientes diabéticos.
Y en tres meses, las infecciones bajaron un 60%.
Y no fue milagro. Fue ciencia.
Y yo sé que muchos aquí dirán que es placebo, que es negocio, que es exageración.
Yo les digo: vengan a Monterrey, miren los registros, hablen con los enfermeros, vean los pacientes que no volvieron a entrar.
La tobramicina no es la solución a todo.
Es la solución a un problema muy específico.
Y cuando lo necesitas...
es como tener un paracaídas en un avión que se cae.
No lo usas todos los días.
Pero si lo necesitas...
no hay nada más importante.
Y si no lo crees...
espera a que alguien que amas se opere y te diga que no la pusieron.
Y entonces verás.
Y no te quejes.
Te agradecerás por haberlo leído.
Juanedo Aguilar
noviembre 12, 2025 AT 06:28La tobramicina. El antibiótico que nadie quiere nombrar en voz alta.
Porque si lo nombras, te van a decir que eres un ‘científico de laboratorio’.
Y si no lo nombras, te van a decir que eres un ‘ignorante que deja que sus pacientes se infecten’.
¿Qué quieres que haga? ¿Elegir entre ser el malo o el loco?
La verdad es que la usan porque es barata, eficaz, y nadie se queja si no pasa nada.
Y si pasa algo...
entonces sí, se investiga.
¿Y qué descubren?
Que no se usó tobramicina.
Y ahí empieza el juicio.
Entonces, claro, se usa.
No por ciencia.
Por miedo.
Porque el cirujano no quiere perder su licencia.
Y el hospital no quiere perder su reputación.
Y el paciente no quiere morir.
Y la tobramicina...
es la excusa perfecta.
Porque nadie la cuestiona.
Y todos la usan.
Y nadie sabe si realmente hace la diferencia...
o solo hace que todos se sientan mejor.
¿Es medicina?
¿O es teatro con bata?
Jose Arevalo
noviembre 13, 2025 AT 09:06En Perú, en mi región, no tenemos tobramicina en muchos hospitales.
Y sí, hay infecciones.
Y sí, hay muertes.
Y sí, hay familias que pierden a sus padres por algo que podría haberse evitado.
Entonces, ¿qué hago? ¿Me quejo o actúo?
Yo aprendí que la medicina no es solo ciencia.
Es justicia.
La tobramicina no es un lujo.
Es un derecho.
Si funciona en Madrid, funciona en Cusco.
Si salva vidas en Barcelona, salva vidas en Arequipa.
Y si un hospital no la tiene, no es por falta de evidencia.
Es por falta de voluntad.
Y eso es lo que me enoja.
La ciencia no tiene fronteras.
La desigualdad sí.
Y mientras unos se protegen con tobramicina, otros se mueren con un paño de agua y sal.
¿Eso es medicina?
No.
Es una herida abierta.
Y la tobramicina no es el problema.
Es el símbolo de lo que no estamos haciendo.
Neal Arrieta
noviembre 13, 2025 AT 13:16Yo no soy médico pero mi tío se operó de la cadera y me contó que le pusieron una especie de espuma con antibiótico.
Me dijo que no lo sintió, que solo le dolía la operación.
Y que después de una semana ya caminaba sin muletas.
Y que nadie le habló de tobramicina.
Así que no sé si era eso o no.
Lo que sí sé es que no se murió.
Y eso es lo que importa.
Si funciona, bien.
Si no, pues no.
Yo no entiendo de química.
Entiendo de gente que sale del hospital y sigue viviendo.
Y eso es lo que me importa.
Lo demás es ruido.
Y si alguien quiere explicarme qué es la tobramicina...
lo hago con café.
Y si no, pues me voy a ver el fútbol.
El cuerpo se arregla solo si le das chance.
Y si la tobramicina le da esa chance...
gracias.
Lori Arriaga
noviembre 14, 2025 AT 21:16La tobramicina es una de esas cosas que los médicos usan para parecer que saben lo que hacen.
En realidad, la mayoría no entiende por qué la ponen.
Simplemente la siguen porque es lo que siempre se ha hecho.
Y los pacientes no preguntan porque tienen miedo.
Y los sistemas no cambian porque es más fácil seguir el protocolo que cuestionarlo.
Y así se mantiene el sistema.
Una pastilla aquí, una pomada allá.
Y nadie se pregunta si realmente hace falta.
Y cuando alguien lo hace, lo llaman loco.
Y cuando alguien se infecta, lo llaman mala suerte.
La medicina moderna es un show.
Y la tobramicina es el telón.