Vómitos: causas, señales de alerta y soluciones prácticas

Los vómitos aparecen sin avisar y pueden dejarte muy incómodo. No siempre indican algo serio, pero es útil saber por qué ocurren y cuándo es momento de ir al médico.

Causas habituales de los vómitos

Lo más frecuente son infecciones virales o bacterianas del estómago, como la gripe intestinal. Comer alimentos en mal estado o demasiado rápido también provoca irritación gástrica y náuseas que terminan en vómito.

El mareo por movimiento, el exceso de alcohol y ciertos medicamentos (por ejemplo, antibióticos o analgésicos fuertes) son desencadenantes comunes. En mujeres embarazadas, los cambios hormonales hacen que el vómito sea una queja típica, sobre todo en el primer trimestre.

Si tienes alguna enfermedad crónica –diabetes, migraña, problemas de tiroides– puedes experimentar vómitos como síntoma secundario. En casos más raros, lesiones cerebrales o bloqueos intestinales generan vómitos persistentes y requieren atención urgente.

Remedios caseros y cuándo buscar ayuda médica

Para episodios leves, mantén una hidratación ligera: sorbos de agua tibia, caldos claros o soluciones de rehidratación. Evita bebidas azucaradas o con cafeína que pueden empeorar la irritación.

El jengibre es un aliado probado; puedes tomarlo en té o masticar pequeños trozos frescos. La manzanilla también calma el estómago, pero si sientes dolor intenso o sangre al vomitar, deja de usarla y consulta.

Descansa en posición semi‑sentada; estar completamente acostado favorece el reflujo y puede provocar más vómitos. Come alimentos blandos y fáciles de digerir (galletas saladas, arroz blanco, plátano) cuando el estómago empiece a calmarse.

Acude al médico si los vómitos duran más de 24 horas, aparecen sangre o material con aspecto de “posos de café”, tienes fiebre alta, dolor abdominal fuerte o signos de deshidratación (sed extrema, boca seca, orina oscura). También es urgente buscar ayuda si el vómito ocurre después de una lesión en la cabeza.

En resumen, los vómitos son una respuesta del cuerpo a irritantes o problemas internos. Identificar la causa más probable y aplicar medidas simples como hidratación y reposo suele ser suficiente. Pero no dudes en buscar atención profesional cuando haya señales de alarma; actuar a tiempo puede evitar complicaciones graves.