Tabla de potencia: qué es, cómo se usa y por qué importa en medicamentos
Tabla de potencia, es una referencia que indica cuánta cantidad de un medicamento se necesita para producir un efecto específico. También conocida como potencia farmacológica, no es lo mismo que la eficacia: un fármaco puede ser muy potente con una dosis mínima, pero no necesariamente más útil que otro que requiere más cantidad para lograr el mismo resultado. Esto es clave para entender por qué un antidepresivo como el escitalopram se toma en 5 mg, mientras que otro como la fluoxetina se usa en 20 mg: no porque uno sea "mejor", sino porque su tabla de potencia es distinta.
La potencia farmacológica se mide en laboratorios usando concentraciones que logran un efecto definido, como el 50% de respuesta en un grupo de pacientes. Esto se traduce en guías clínicas que los médicos usan para elegir entre opciones. Por ejemplo, la tobramicina tópica es potente contra infecciones en heridas quirúrgicas con solo unas gotas, mientras que el deflazacort necesita una dosis más alta para controlar la inflamación. Ambos son efectivos, pero su tabla de potencia determina cómo se administran y qué riesgos tienen.
Una tabla de potencia mal entendida puede llevar a errores peligrosos. Si confundes potencia con seguridad, puedes subir o bajar dosis sin saberlo, y eso puede provocar interacciones. Por ejemplo, los opioides y los SSRIs tienen tablas de potencia diferentes, pero juntos pueden causar síndrome serotoninérgico. O si tomas perindopril y comes alimentos ricos en potasio sin saber que su potencia afecta la excreción renal, podrías desequilibrar tu electrolitos. La dosis medicamentos no es arbitraria: está basada en años de estudios que miden cuánto se necesita para actuar, sin sobrecargar el cuerpo.
Las tablas de potencia también explican por qué algunos medicamentos genéricos parecen "menos fuertes" aunque tengan el mismo ingrediente activo. No es que funcionen peor: es que su formulación, absorción o liberación modifican cómo se expresa esa potencia en tu cuerpo. Eso pasa con el tamoxifeno, el depakote o el lexapro genérico: la potencia es la misma, pero tu cuerpo la procesa de forma distinta según el fabricante.
Y no solo importa para adultos. En niños, ancianos o personas con enfermedades crónicas como EPOC, la tabla de potencia se vuelve aún más crítica. Algunos fármacos que son seguros en personas sanas pueden causar depresión respiratoria en pacientes con EPOC porque su cuerpo no metaboliza bien la misma cantidad. Por eso, en esos casos, se bajan las dosis, no se cambian los medicamentos.
En resumen, la tabla de potencia no es un dato técnico para farmacéuticos: es tu guía para entender por qué te recetan una pastilla pequeña y no una grande, por qué no puedes mezclar ciertos fármacos, y por qué un cambio de marca puede hacer que sientas algo diferente. Lo que parece una simple cifra en una receta, en realidad es el resultado de décadas de investigación que te protege.
En las siguientes entradas, encontrarás guías prácticas que te explican cómo la potencia de los medicamentos afecta tu tratamiento diario: desde cómo interpretar las pruebas de orina para opioides hasta por qué el deflazacort te desvela o cómo elegir entre alternativas como Detrol o darifenacina. Todo esto se entiende mejor cuando sabes qué significa realmente "potencia".
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