Fiebre: ¿qué es, por qué aparece y cómo manejarla?
Si hoy te sientes con calor, sudoración y el termómetro marca más de 37 °C, lo más probable es que tengas fiebre. No es una enfermedad en sí, sino la forma que tiene tu cuerpo de avisarte que algo no anda bien.
En la mayoría de los casos la fiebre surge por infecciones virales como la gripe o resfriados, pero también puede ser respuesta a bacterias, inflamaciones, golpes o incluso estrés. Lo importante es reconocer los signos y saber qué hacer para aliviarla sin entrar en pánico.
Señales que debes observar
Una fiebre ligera (entre 37,5 °C y 38 °C) suele pasar desapercibida, pero si supera los 38 °C empieza a ser incómoda. Otros síntomas acompañantes pueden incluir:
- Dolor de cabeza
- Escalofríos o temblores
- Sudoración abundante
- Malestar general y cansancio
- Pérdida del apetito
Si además aparecen dificultad para respirar, erupciones cutáneas extrañas, vómitos persistentes o confusión, es momento de buscar ayuda médica.
Cómo bajar la fiebre en casa
Primero, mantén la hidratación. Beber agua, infusiones sin cafeína o caldos ligeros ayuda a regular la temperatura y evita la deshidratación que suele acompañar a la fiebre.
Segundo, viste ropa ligera y usa una manta fina si sientes escalofríos. Un baño tibio (no helado) también puede ayudar; el objetivo es enfriar gradualmente la piel, no provocar un choque térmico.Si la temperatura sigue alta, puedes tomar antipiréticos como paracetamol o ibuprofeno siguiendo las indicaciones del prospecto o de tu farmacéutico. Recuerda nunca combinar medicamentos sin consultar a un profesional.
En caso de fiebre en niños menores de 3 meses, consulta al pediatra de inmediato, ya que su organismo es más vulnerable.
¿Cuándo acudir al médico?
No todas las fiebres requieren una visita al doctor, pero sí hay situaciones que no debes pasar por alto:
- Temperatura superior a 39 °C que dura más de 48 horas.
- Fiebre acompañada de dolor intenso en el pecho, garganta o abdomen.
- Sintomas neurológicos como mareos, confusión o convulsiones.
- Enfermos crónicos (diabéticos, inmunodeprimidos) con fiebre persistente.
En esos casos, un profesional podrá valorar si necesitas antibióticos, exámenes de sangre u otro tipo de tratamiento.
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Recuerda, la fiebre es una señal de alerta. Escúchala, hidrátate, controla la temperatura y no dudes en buscar ayuda profesional si algo parece fuera de lo normal. Así podrás recuperarte rápido y volver a tu rutina sin complicaciones.
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